Un Dios de gracia
Juan
1:14-18
Reina-Valera 1960 (RVR1960)
14 Y
aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria
como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.
15 Juan dio testimonio de él, y clamó diciendo: Este
es de quien yo decía: El que viene después de mí, es antes de mí; porque era
primero que yo.
16 Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre
gracia.
17 Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la
gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.
18 A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que
está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.
Imagine que usted recibe un regalo grande envuelto
hermosamente sin que haya una ocasión especial quien se lo envió simplemente
decidió hacerlo. Dentro de la caja hay algo muy especial. Con emoción, lee la
tarjeta para saber quién pudo haber sido tan generoso. Para su sorpresa, se
entera de que es alguien que usted ha estado evitando ¡y con quien ha sido poco
amable! ¿Qué hace usted?
Este escenario es una imagen de la gracia del Padre
celestial al enviar a su Hijo Jesús al mundo por nosotros. No había ninguna
ocasión especial; Dios simplemente tuvo el deseo de hacerlo. El regalo llegó, a
pesar del hecho de que estábamos ignorando al Señor, o rebelándonos contra Él.
Esto es gracia —la bondad y la benevolencia de Dios extendida a quienes no la
merecían y no podían ganarla.
En el Hijo, vemos revelada la plenitud de la bondad
de Dios. El Señor Jesús cumplió todos los requisitos de la ley divina al vivir
una vida perfecta en la Tierra; por su vida sin pecado como hombre, Él estuvo
calificado para pagar el precio por nuestro camino rebelde. Lo hizo al
sacrificar su vida en la cruz para pagar por todos nuestros pecados —pasados,
presentes y futuros. Por eso, cuando recibimos al Señor Jesús como nuestro
Salvador, Dios cuenta su muerte como el pago por todo lo malo que hemos hecho.
Y además, al ser salvos, la vida perfecta de Cristo es contada como nuestra; su
justicia se convierte en nuestra por la fe (Ro 4.5). mas al que no obra, sino cree en aquel que
justifica al impío, su fe le es contada por justicia.
¿Qué hará usted con el regalo de gracia de Dios
rechazarlo, o aceptarlo y esforzarse por conocerle? Y si usted ya conoce
a Cristo, ¿valorará este regalo por siempre?
En el amor de nuestro Señor Jesucristo.
Guatemala Missions Ministry.
15 Juan dio testimonio de él, y clamó diciendo: Este es de quien yo decía: El que viene después de mí, es antes de mí; porque era primero que yo.
16 Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia.
17 Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.
18 A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.